Mario Andrés Grisales Colorado, vocero de Banoro, explicó que el cajero recibirá efectivo y tarjetas débito y crédito para la compra de los metales preciosos y es similar a los que operan desde hace algún tiempo en España, Emiratos Árabes y China.
El aparato ofrecerá lingotes de oro y plata con pesos que oscilarán entre 0,5 gramos y 31,1 gramos (onza troy), con valores que están en el rango de $100.000 como mínimo a $3,3 millones como máximo, aunque la operación se ajustará al precio internacional que tenga el oro en el momento de hacer el pedido, pues ese valor se actualiza cada 60 segundos.
Según Grisales, antes de atreverse a instalar este tipo de artefacto la empresa hizo una investigación de mercado y de disponibilidad de público y asegura que hay personas interesadas en adquirir oro o plata para regalar o a modo de inversión.
“Para esto tenemos identificados dos tipos de públicos, uno de tope mínimo que en vez de regalar una cadena o un anillo ve en el lingote una novedad y otros de alta denominación o inversionistas sin grandes montos de recursos, pero sí con lo suficiente para acumular oro”, explica.
Por tratarse de una transacción legal, al finalizar la compra del lingote de oro se genera una factura que discrimina los impuestos (IVA, el tributo de industrialización y el valor final), porque la idea es que el esquema esté en sintonía con la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian) y no se evada la responsabilidad de tributación.
MÉXICO: Joyas, monedas y lingotes ¿Cómo invertir en Oro y Plata? 06 de agosto de 2013
Cada vez hay más gente interesada en la inversión en metales preciosos monetarios, oro y plata, por diversos motivos. La principal razón, desde luego, sigue siendo intentar proteger el poder adquisitivo a lo largo del tiempo, gracias a su valor.
Todo esto adquiere importancia actualmente, dado que indicadores poco populares como la “base” y la “cobase” del oro (gold basis and co-basis), nos indican una información mucho más relevante que el del simple precio.
Es verdad que el precio se ha desplomado en los últimos meses, pero es un razonamiento muy simple pensar que por este motivo también la dupla de metales preciosos ha perdido “brillo”.
La base y la cobase nos describen de diferente forma el nexo entre el precio al contado del oro (spot) y el de los contratos de futuros sobre el metal dorado. Durante todo 2013 estamos hablando de la condición de “backwardation” o “retroceso” del oro físico. El mercado de oro de dicho metal está muy estrecho y con muy elevada demanda. Cuanto más económico, “brilla” más. Esa backwardation ha conseguido ya al contrato con vencimiento en diciembre, sin embargo se ha incrementado para el contrato de octubre. Base y cobase son los verdaderos indicadores de medición del valor del oro y la plata, y el indicador del precio ha pasado a ser más secundario para indicar el valor de dichos metales.
Cada vez más y más gente, sobre todo en el continente asiático, están aprovechando la oferta que les significa el adquirir joyas, monedas y lingotes de estos metales a precio reducido. De esta manera cumplen con una de las reglas clave de la inversión en ellos: o los tienes materialmente, o no puedes asegurar que son de tu propiedad. Las promesas en papel tienen un riesgo de incumplimiento.
Esta norma es de sentido común, incentiva algunas preguntas del público respecto a la “mejor” forma de invertir en este mercado. No existe una respuesta única para este tipo de preguntas.
La mejor forma de conseguir metales preciosos depende de las preferencias, gustos y grado de información que el inversor esté dispuesto a soportar. Por ejemplo, la compra de joyería por lo general es bastante más cara que su componente de oro o plata, por el valor agregado que tienen, la verdad es que muchos preferirán esta forma de “inversión” solo por las ganas de lucir, en lugar de guardar una moneda o barra en una caja de seguridad.El perfil de este inversionista no quiere mucha más información. Solo necesita saber que en caso de necesidad, puede echar mano de sus joyas para salir de la dificultad económica.
Toda persona interesada en los metales preciosos debe saber que el contenido real de los productos que adquiere se evalúa a través de los quilates para el oro y a la “ley” para la plata. En el oro, los 24 quilates (karat, en inglés) representan al metal puro, de tal manera que un número menor de estos incorpora diferentes proporciones de él en una combinación. Por ejemplo el oro de 18 quilates, por tanto, contiene 75% de metal fino, el de 14, 58.33%, el de 10, solo 41.66%. Por tanto si un anillo de oro de 14 quilates que pesara 5 gramos en total. Gracias a las proporciones que hemos comentado, podemos deducir que en realidad contiene solo 2.91 gramos del metal dorado.
El oro es muy blando, por lo que normalmente se combina con otros metales para endurecerlo, llegando a cambiar su apariencia original. Por este motivo el oro que contiene un porcentaje de plata, platino o paladio lo llaman “oro blanco”. Si tiene cobre su apariencia es rojiza, como el de la conocia moneda de inversión Krugerrand, de Sudáfrica.
Para la plata, la “ley” más común es de .999 y .925, que indican también a diversas proporciones de metal fino por cada mil partes.
Hay que aclarar que la unidad de medida que más se utiliza para pesar metales preciosos no es el gramo, sino la onza “troy”. La onza “troy” es una unidad de masa que es igual a 31.1 gramos, y no se tiene que confundir con la onza común de 28.3 gramos. El precio spot que hay en los mercados internacionales para el oro y la plata siempre indica el precio por onza troy, salvo que indique otra cosa.
Por ejemplo muchas monedas de inversión como la de la serie “Libertad” en México (ambas, Ley .999), o las American Eagles en los Estados Unidos contienen una onza troy de oro o plata pura. Otros ejemplo como el popular Centenario mexicano, tienen una Ley de 0.900. Dado que su peso total es de 41.667 gramos, su equivalencia en oro fino es de 37.5 gr. o 1.2 onzas troy. Para la gran mayoría de inversionistas, este tipo de monedas son una de las mejores opciones, pues a diferencia de las joyas, el coste adicional que se desembolsa sobre el contenido de metal fino es bajo y son más o menos accesibles.
La mayoría de los países ponen monedas de similares características a disposición del público, pero suele ser las monedas que tienen mejor reputación a nivel internacional. Además para quien prefiere la compra de pequeñas barras o grandes lingotes de oro y plata, existe en el mercado diversas opciones que van desde 1 oz., 10 oz., 1 kilo hasta los viejos conocidos lingotes estándar de aproximadamente 400 onzas troy de oro, y de 1 mil oz. de plata.
En fin, hay múltiples opciones para invertir en estos metales. Sin embargo, lo más importante es que observamos que el mercado alcista mayor de los metales preciosos monetarios falta mucho para que finalice. Pese a los discursos optimistas, la economía global no está en mejores condiciones que al inicio de la crisis de 2008-2009, sino está peor. La inyección de liquidez monetaria con que se ha mantenido a flote terminará por “ahogar” a quien, por ignorancia u omisión, no disponga de activos tangibles que le sirvan de refugio financiero.
El Oro y la Plata se siguen escondiendo, ¿Por qué?
02 de agosto de 2013
La semana pasada, Reuters y Max Keiser, reprodujeron declaraciones de este economista respecto al mensaje real y silencioso que está transmitiendo,
ahora que
está más difundida la situación de “backwardation” (retroceso)
en el mercado del oro, que hemos explicado en este
blog con amplitud.
Para los lectores que no estén al tanto de esto, le invitamos a leer el blog de “Inteligencia Financiera Global” de Rankia los siguientes artículos publicados:
“El oro se encuentra en situación de backwardation”, “Sigue cayendo el oro, ¿hasta cuándo?”, “¿Ha tocado fondo el oro?”.
Ese mensaje de la “backwardation” es que existe una
moderada pero creciente desconfianza en el sistema fiduciario (mercado del dinero), esta tendencia parece volverse permanente y obliga a todo aquel que conozca esta situación a actuar en consecuencia, y cubrirse de los eventuales efectos económico-financieros.
¿Por qué hay desconfianza con el dinero? Porque se sigue imprimiendo dinero sin límites para sostener con parches la economía mundial, sin generar más riqueza en la economía real. Ese sistema con base de “dinero papel” solo es sostenible con niveles exponenciales de deuda pública, que está llegando a su fin.
La vía preferida para protegerse del colapso, ha sido históricamente atesorando más y más oro. Los metales preciosos siguen así escondiéndose de la circulación.
En este sentido, confirmamamos que las fluctuaciones en el precio del oro y la plata, ya no son tan importantes ni el indicador a seguir. Del análisis más relevante de su “base” y “cobase” (que mide de diferente manera la relación existente entre su precio al contado y el de su contrato de entrega a futuro), desencadena que la “backwardation” ha estado vigente desde enero de 2013.
Esto significa que incluso antes de las históricas bajadas de los precios de abril, había señales evidentes de que el mercado físico se estaba reduciendo, por el incremento en la reclamación de entrega material del oro y la plata.
Aquella contracción no solo ha continuado en el mercado, sino que también se acentuó con el desplome impulsado de las cotizaciones que hemos mencionado.
En otras palabras, opuesto al lugar habitual que asegura que el oro “ha perdido su brillo” bajando de precio, la realidad es que su abaratamiento provocó una auténtica fiebre mundial por el metal físico, que no da signos de finalizar.
La imagen siguiente dice más que mil palabras. Es cortesía de Sandeep Jaitly, de Feketeresearch.com
Hay aspectos importantes para el contrato del oro a diciembre de 2013: a estas alturas de 2011 y 2012, el contrato a diciembre de cada año tenía una oscilación de -0.40 y -0.51%, respectivamente. Significan que estaban en “contango” (Situación normal, opuesta a la “
backwardation”).
Esta situación es distinta. Ya estamos en cobase positiva (backwardation) a pesar de encontrarnos a meses de que el contrato finalice.
La opinión de que el oro y la plata están perdiendo su brillo por la bajada de sus precios, es inocente. El mundo es testigo de una nueva “fiebre del oro” físico.
Hasta la llamada tasa “GOFO” (Gold Forward Offered Rate), la medida de la base en el mercado paralelo OTC (Over-The-Counter, de intercambio directo entre dos partes), se ha vuelto negativa y ha permanecido así desde el 8 de julio, o sea, 18 días hábiles. Este hecho no tiene previo y corrobora que la “backwardation” tiende a la duración.
Hay que tener en cuenta que por la razón del sistema de reserva fraccionaria con que funcionan los bancos de lingotes (Bullion Banks), y a los “préstamos” abundantes de oro de los bancos centrales, hay más acuerdos en el oro de los que es posible efectuar. En este mismo blog
explicamos en el anterior post la manera en que
el Banco de Inglaterra, “desapareció” 1.300 toneladas de sus depósitos entre febrero y junio pasados, para inundar el mercado y tumbar los precios.
Parece que los más poderosos banqueros centrales siguen sin entender que es una pésima estrategia querer reforzar la confianza y uso de sus monedas (dólares, euros, libras), depreciando y depreciando a los metales monetarios, ya que los metales no los pueden crear a su deseo como los billetes.
El sentido común de las personas, los está conduciendo hacia el refugio financiero, y lo está prefiriendo sobre simples promesas de pago en papel. Las obligaciones en oro, están siendo salvadas.
Por ello las “recompensas” (sobreprecios) sobre la cotización al contado (spot) del oro, han subido en Asia y sobre todo en India.
Después de todos los esfuerzos del gobierno y de los bancos centrales indios por controlar la demanda de oro de sus habitantes. Esperan que hacia finales de agosto la demanda suba aún más como lo ha hecho siempre por etapas. Si los obstáculos siguen, el mercado negro tendrá más trabajo por hacer, sobre todo desde la antigua ruta vietnamita de Ho Chi Minh.
Por último, sea en el lejano Oriente, Europa o América, la cotización del oro y la plata sigue hablando para quien quiera escuchar su mensaje, el mismo que sus opositores, tratan de esconder a toda costa.